


Tengo una relación afectiva con los trabajos manuales desde mi infancia, por influencia de mi abuela y mi madre, que son costureras.
Con las diversas posibilidades de colores y texturas que el bordado ofrece, encuentro la libertad de expresar otra gran pasión: la naturaleza. Esta conexión entre el arte y la naturaleza me permite crear piezas únicas, llenas de significado e inspiración, como si cada bordado fuera una celebración de las maravillas naturales que me encantan.